¿Qué crema de sol usas?

¿Cómo me afecta mi crema de sol?

Campaña ¿Qué les pasa a tus hormonas? de http://www.edc-free-europe.org/

 

 

Ya estamos en verano y para disfrutar de la naturaleza es imprescindible protegernos de la radiación ultravioleta con protectores solares. Es importante saber elegir cremas solares sanas que no contengan productos tóxicos, ya que a través de la piel estas sustancias pueden pasar con facilidad al torrente sanguíneo.

Uno de las primeras características que debemos conocer para elegir una crema solar saludable es el tipo de filtro solar que tiene.

La mayoría de las cremas de sol tradicionales utilizan filtros químicos, compuestos por sustancias sintéticas, muchas de ellas derivadas del petróleo. Cuando los filtros químicos absorben la radiación ultravioleta la transforman en otras frecuencias que no dañan la piel, como calor. La industria cosmética utiliza muchas sustancias diferentes en sus filtros y muchas de ellas aparecen con nombres comerciales en los ingredientes, pero algunas habituales son la benzofenona-2 (BP2), benzofenona-3 (BP3), 4-Metilbenzilideno camfor (4MBC), el octil-methoxicin-namato (OMC) o el ácido octil dimetil aminobenzoico (PABA),  entre otras. Estas sustancias son contaminantes hormonales, también llamados disruptores endocrinos, es decir, sustancias que pueden interferir nuestro sistema hormonal y la regulación del desarrollo embrionario, provocando efectos adversos sobre la salud, como pérdida de fertilidad, malformaciones e incluso tumores en órganos hormonodependientes.

El daño en la salud es mucho mayor si las personas expuestas a estos contaminantes son mujeres en edad reproductiva, embarazadas o niños lactantes, ya que las hormonas juegan un papel aún más importante, si cabe. Estas sustancias pueden causar daño a muy pequeñas dosis y sus efectos aumentan al mezclarse con otros contaminantes hormonales, como pueden ser los ftalatos o los parabenos, también ingredientes habituales de muchas de estas cremas.

Una buena alternativa son las cremas de sol con filtros físicos. Estos filtros son auténticas pantallas, que en lugar de absorber la radiación, la reflejan en todo su espectro. Los filtros más utilizados son el óxido de zinc, dióxido de titanio y la mica. El óxido de zinc es la mejor opción ya que en 2006, la Agencia internacional para la investigación del cáncer (IARC, por sus siglas en inglés),  clasificó el dióxido de titanio dentro del grupo de posibles carcinógenos para humanos.

Existe una tercera alternativa, los filtros biológicos, como aceite de karité, de frambuesa o de germen de trigo, saludables, pero que no tienen el mismo efecto a la hora de proteger de la radiación UV.

Como siempre, la mejor estrategia para cuidar nuestra salud es una combinación de productos de marca natural y certificada (ya hay muchas en el mercado), combinada con una exposición moderada al sol.

 

 

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