Activistas contra los contaminantes hormonales, EDCs. Fuente BBC, Getty Images
Que actúen. Con el problema de los alteradores hormonales España se está comportando como el famoso «perro del hortelano»: ni los prohíbe, ni deja que los prohíban en Europa.
Desde las principales organizaciones ambientales, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Amigos de la Tierra, SEO/BirdLife y WWF, hemos presentado a los partidos políticos una hoja de ruta con propuestas para la siguiente legislatura. Un grupo de propuestas se refieren a la reducción de la contaminación química y en particular, la exposición a alteradores hormonales, que afectan tan gravemente a nuestra salud y al medio ambiente.
¿Qué les pedimos a los políticos?
- Que actúen aquí. Cada vez es más evidente la relación entre la exposición a contaminantes hormonales en productos de nuestra vida diaria y el aumento de enfermedades tan graves como el cáncer, la diabetes, los problemas de desarrollo o la pérdida de fertilidad. Cada vez hay más voces de científicos y organizaciones internacionales que avisan de la necesidad de reducir la presencia de estos tóxicos. Sin embargo, España sigue sin reducir la exposición de su población, al contrario de lo que hacen otros países como Francia o Dinamarca, que han prohibido en sus territorios la presencia de contaminantes hormonales en diferentes productos. De hecho, Dinamarca quiere convertirse en un país libre de disruptores endocrinos para el año 2030.
- Que permitan actuar a nivel europeo. España está bloqueando decisiones europeas para reducir la exposición a químicos presentadas por los países del norte .
- Que informen a los ciudadanos sobre cómo podemos reducir la exposición y formen a profesionales sanitarios y profesores
- Que ayuden a prevenir la exposición laboral en general y la prohíban en mujeres embarazadas y lactantes en particular, ya que para ellos los daños son mucho más graves.
- Que eliminen los contaminantes hormonales de contratas y compras públicas.
En los países del Norte de Europa, la protección frente a los contaminantes hormonales o disruptores endocrinos es un asunto que no entiende de ideología política. Gracias a esta unanimidad, Suecia ha podido llevar a juicio a la Comisión Europea por obstaculizar la regulación de EDCs y conseguir que la juzguen por incumplimiento, como veíamos en la noticia anterior.
Es lógico que exista unanimidad a la hora de enfrentarse a un riesgo tan importante para la salud de una sociedad, sin distinguir entre votantes de derechas, izquierdas o centro. En España, poco a poco va creciendo una opinión muy crítica hacia la exposición inadvertida de la población a químicos tóxicos, que esperamos que concluya en que todos los partidos actúen para intentar eliminarlos.