¿Sabes que no limpiar el polvo puede afectar a tu fertilidad?

hombre limpiando

Hoy en día, muchos de los objetos del hogar están fabricados con materiales sintéticos que contienen contaminantes hormonales (¿qué son?). Moquetas de PVC, muebles de conglomerado, material electrónico o pinturas, liberan tóxicos que pasan a formar parte del polvo de nuestras casas y de ahí entran en nuestro cuerpo por la respiración o la piel.

Un estudio publicado en la revista Atmospheric Environment en 2010, muestra cómo el desarrollo de nuevos materiales de construcción y productos para el consumo, en los últimos 50 años, ha provocado un aumento de los tóxicos en el ambiente interior de las casas. En muchos casos, la concentración de disruptores endocrinos dentro de casa supera a la exterior. (Ir a estudio)

Esto es importante porque pasamos cerca del 90% del tiempo en el interior de edificios (casa, trabajo, ocio) y estos contaminantes hormonales están relacionados con daños en la salud como pérdida de fertilidad, malformaciones, daños al sistema inmune, obesidad, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer.

Ya en España, otro estudio, esta vez de Greenpeace, analizó 22 hogares españoles y encontró que en 1 gramo de polvo hay una media de 706 nanogramos de ftalatos y 225 nanogramos de piroretardantes bromados, entre otros tóxicos. (Ver estudio)

Estos son los hábitos que se recomiendan para reducir la exposición a contaminantes hormonales, y proteger nuestra salud:

  1. Ventilar bien la casa todos los días, incluso varias veces al día. 

  2. Fregar el suelo y limpiar el polvo frecuentemente, mejor con un trapo húmedo.

  3. Quitarse los zapatos y la ropa de trabajo al entrar y poner felpudo en la puerta.

  4. No usar plaguicidas ni fumar en casa.

  5. Reducir el uso de materiales sintéticos y textiles con tratamientos

En cuanto a este último punto, reducir el uso de materiales sintéticos, aquí os dejamos una lista de los disruptores hormonales y los objetos del hogar en donde pueden encontrarse.

  • Piroretardantes como PBDE y PBB, en aparatos eléctricos y electrónicos.
  • Ftalatos como el DEHP, en productos de PVC como moquetas, ventanas, cortinas de baño…
  • COVs y ftalatos en pinturas y barnices.
  • Formaldehídos en los muebles de madera fabricados con conglomerados
  • Alquilfenoles en la ropa y en detergentes.

Por supuesto, algunas sustancias que respiramos en el hogar, proceden de fuentes externas y no deliberadas, como el tráfico, industrias cercanas o pesticidas, en zonas rurales. Pero las concentraciones en el interior son más elevadas que en el exterior, de ahí la importancia de ventilar.

El consejo general es ir sustituyendo, en la medida de lo posible, estos objetos sintéticos por otros hechos con materiales naturales. En todos los casos, esta sustitución es posible. 

 

 

 

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