¿Cómo engañan los contaminantes hormonales?

15 Mar 2016
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Dos vías de actuación de los EDCs (sobre-estimulacion y bloqueo).

Los contaminantes hormonales o disruptores endocrinos son un tipo de contaminación relativamente “nueva” sobre la que hay gran controversia a nivel político. Por eso es interesante conocer cómo funcionan y cuál es su origen, para poder hacer frente al peligro que plantean, especialmente, ante la ausencia de legislación actual.

Numerosos estudios científicos han demostrado sus efectos en la salud humana y en los ecosistemas, al afectar a la reproducción, generar malformaciones, daños en el desarrollo neuronal, autismo, daños en el sistema inmunitario y cáncer, entre otros daños. Pero, ¿cómo lo consiguen?

Los EDCs “engañan” a nuestro sistema hormonal

El sistema hormonal es una red de comunicación del cuerpo que controla aspectos fundamentales de nuestra vida, como el metabolismo, el estado de ánimo, el crecimiento, el desarrollo de órganos y el embarazo. Para ello, pequeñísimas cantidades de mensajeros químicos, las HORMONAS, viajan por el cuerpo para unirse a los RECEPTORES de la célula objetivo y generar una RESPUESTA.

Para mantener la salud es imprescindible que se genere la hormona adecuada, en la cantidad adecuada y se una al receptor de la forma adecuada.  Los contaminantes hormonales o EDCs, aunque producidos por el hombre, confunden al sistema hormonal, con mecanismos como los siguientes:

  1. Imitar total o parcialmente a las hormonas naturales del cuerpo, por ejemplo a los estrógenos, a los andrógenos y a las hormonas tiroideas. Los receptores reciben por un lado una cantidad de hormonas naturales pero, al mismo tiempo, reciben a los EDCs que son parecidos a las hormonas. En definitiva, los receptores creen que la cantidad de hormonas es mucho mayor (se sobre-estimulan) y generan una respuesta excesiva y errónea.
  2. Bloquear la respuesta al unirse a un receptor de la célula. Los EDCs quedan unidos al receptor, por lo que éste interpreta que no hay señal del cuerpo y no genera respuesta. Ejemplos de contaminantes que bloquean las respuestas de las hormonas son los anti-estrógenos y anti-andrógenos.
  3. Alterar la estructura natural de las propias hormonas o los receptores, por ejemplo, alterando el metabolismo de las hormonas en el hígado o impidiendo que se desactiven o que se produzcan, por citar algunas.

El resultado de esta confusión es que se generan respuestas cuando no es su momento, o no se generan cuando corresponde.

Podemos deducir que este funcionamiento erróneo es muy grave en la etapa de desarrollo fetal, donde un desajuste hormonal puede producir efectos irreversibles en el niño, así como en la infancia y en la pubertad. Pero también provoca daños en la edad adulta.

Los diferentes contaminantes hormonales «confunden» de una forma distinta:

Por ejemplo, los ftalatos presentes en plásticos y cosméticos, pueden bloquear los receptores de testosterona, afectando al desarrollo saludable de los órganos sexuales masculinos en la etapa fetal.  Los parabenos y algunos filtros solares, por el contrario, pueden unirse y activar receptores de estrógenos.

Como en el caso de las hormonas, una pequeñísima cantidad de contaminante hormonal puede ser suficiente para causar daño: unas pocas moléculas de contaminante pueden activar toda una ruta metabólica.

Por eso debemos intentar que no se fabriquen o, al menos, evitar la exposición.

¿Cómo evitamos la exposición?

Los contaminantes hormonales se encuentran en multitud de productos de nuestro entorno: botellas de plástico, envases alimentarios, latas de aluminio, cosméticos, detergentes, ropa, retardantes de llama, juguetes, comida…

Aunque la exposición es ubicua, reducirla drásticamente es posible en cuanto detectamos que estos contaminantes se encuentran en los productos de producción industrial, más concretamente, de industria petroquímica. Por eso, para reducir la exposición:

  • Alimentación: elige productos frescos, sin aditivos alimentarios y aquellos producidos sin pesticidas (se calcula que el 5% de los pesticidas tienen acción disruptora).
  • Cosmética e higiene: utiliza productos naturales sin derivados del petróleo, con lo que evitarás una buena cantidad de contaminantes como ftalatos, parabenes, bisfenol-A y otros. Evita los tintes de pelo y las fragancias.
  • Productos de limpieza del hogar naturales, evita la lejía y los ambientadores.
  • Muebles: evita las moquetas de PVC, los muebles de conglomerado y ventila tu casa varias veces al día.

Como regla general, vuelve a los productos naturales

 

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