Contaminantes hormonales: cuenta atrás para decidir si se quedan o se van

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El 15 de junio, la Comisión Europea decidirá si los tóxicos más secretos de Europa, los contaminantes hormonales, desaparecen o por el contrario, continúan escondidos en los productos de la vida diaria: cosméticos, plásticos, alimentos, juguetes…

Los miembros de la Comisión Europea elegirán los criterios de definición de los contaminantes hormonales entre las opciones que aparecen en la «hoja de ruta de la Comisión». Puedes ver esas opciones aquí.

Desde Ecologistas en Acción, creemos que la opción que protege la salud de la población y el medio ambiente es la OPCIÓN 3, que propone evaluar los efectos endocrinos de las sustancias con métodos estrictamente científicos, sin incluir valoraciones socio-económicas. 

La regulación de los contaminantes hormonales se ha retrasado más de dos años, debido a la gran presión ejercida sobre la Comisión por los lobbies de las industrias petroquímica, cosmética y de pesticidas, principales fabricantes de los productos que contienen estos tóxicos. (Ver investigación de la periodista Stèphane Horel que destapa la presión de la industria para evitar la regulación de los contaminantes hormonales).

El retraso en la definición de criterios es ilegal, según la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, que en diciembre de 2015 determinó que la Comisión había incumplido su deber al no legislar los contaminantes hormonales, como vimos en esta publicación.

Desde la coalición EDC-Free Europe, a la que pertenece Ecologistas en Acción, lanzamos una campaña con el objetivo de que la Comisión note no sólo la presión de la industria, sino también la presión de la población que quiere proteger su salud y un entorno sin contaminantes hormonales.

¿QUÉ SON LOS CONTAMINANTES HORMONALES Y POR QUÉ DEBEMOS PREOCUPARNOS?

Todos estamos expuestos a los contaminantes hormonales, también llamados disruptores endocrinos (o EDCs, por sus siglas en inglés) en nuestra vida diaria. Son sustancias químicas artificiales que interfieren con el funcionamiento de las hormonas naturales de nuestro cuerpo, generando daños en la salud como problemas de fertilidad, malformaciones congénitas, cáncer, obesidad, diabetes y daños en el desarrollo neuronal, entre otros muchos.

Se encuentran en multitud de productos habituales que ni imaginas que esconden estos tóxicos: plásticos, residuos de pesticidas en alimentos, cosméticos, productos de limpieza, ropa, etc.

Multitud de investigaciones científicas, como las recogidos en la publicación  «Estado de la ciencia de los disruptores endocrinos» del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en 2012 evidencian la relación entre la exposición a estos contaminantes y los daños en la salud humana y de la fauna salvaje.

Visita nuestra página de «Recursos» para conseguir más información.

 

Los crecientes niveles de enfermedades relacionadas con las hormonas a los que se enfrenta la humanidad y la Naturaleza obligan a que la Comisión Europea actúe ya, de una manera eficiente.

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