Los contaminantes hormonales amenazan la biodiversidad marina

Delfín varado en la costa de Inglaterra

Delfín varado en la costa de Inglaterra

En el mar, delfines, peces y moluscos sucumben a los efectos de estos tóxicos silenciosos que, poco a poco, acaban con la biodiversidad. 

Los contaminantes hormonales o disruptores endocrinos, son un tipo de contaminantes que actúan como hormonas y «engañan» al sistema hormonal, encargado de coordinar la reproducción, el desarrollo o el metabolismo de la fauna acuática. La consecuencia es la reducción en la tasa de reproducción de las diferentes especies, lo que pone en peligro su supervivencia y genera, a largo plazo, pérdida de biodiversidad.

El 20% de las hembras de marsopa común sufrieron abortos

Según un estudio de la Sociedad Zoológica de Londres, la exposición a PCBs (policlorobifenilos), utilizados en transformadores eléctricos, debilita el sistema inmune y reduce la fertilidad de los mamíferos marinos. Los datos son preocupantes: casi el 20% de las hembras de marsopa común sufrieron abortos y muerte fetal, un 16,5% tuvieron infecciones o  tumores de los órganos reproductivos y ratios de embarazo más bajos en las zonas más contaminadas por este tipo de contaminantes hormonales.  Por desgracia, hoy en día ningún mar se libra de contaminación por PCBs y, aunque su uso se haya prohibido desde hace años, el estudio descubrió una concentración moderadamente alta en los tejidos de los animales, que se mantiene a lo largo de la vida del animal.

Feminización de los peces

En los peces se ha observado un aumento de la feminización, o adquisición de caracteres femeninos por parte de peces macho, intersex, aumento del ratio de hembras frente a machos, anomalías tiroideas y cambios en el comportamiento sexual por efecto de exposición a contaminantes hormonales. De nuevo, la consecuencia es la reducción en la reproducción y a la larga, en el número de individuos de cada especie.

Y todo esto ocurre en nuestras costas: un estudio de la Universidad del País Vasco ha detectado la feminización de los peces en los estuarios de las costas vascas, algo que no es de extrañar ya que de los ríos, lagos y costas de la Península están cinco veces más contaminados que la media europea, según los datos presentados por el Comité de Evaluación de Riesgos de la Agencia de Sustancias Químicas (RAC).

Los contaminantes hormonales también afectan a moluscos, insectos y crustáceos

Los contaminantes hormonales reducen la fertilidad los invertebrados acuáticos. Además, son habituales los casos de imposex, es decir, hembras con órganos reproductores masculinos, afectan al desarrollo de huevos y larvas, a la muda y al propio comportamiento de los individuos.

En España se han desarrollado numerosas investigaciones que demuestran los efectos de contaminantes hormonales en moluscos y otros invertebrados marinos, como la desarrollada por el Centro Superior de Investigaciones Científicas en aguas del Mediterráneo, que detectó numerosos casos de imposex en caracoles la especie Bolinus brandaris o cañadilla.

A los humanos también nos afectan los contaminantes hormonales

Según la Organización Mundial de la Salud, en su informe sobre disruptores endocrinos del 2012, los contaminantes hormonales actúan de forma muy similar en diferentes especies de vertebrados. Por lo tanto, los efectos que sufre la fauna salvaje pueden ocurrir también en humanos, siendo mayores los efectos si la exposición se produce en las primeras etapas de desarrollo.

Ante esta situación, podemos actuar sobre las principales fuentes de contaminantes hormonales de los ecosistemas acuáticos: reducir el uso de detergentes contaminantes, eliminar los pesticidas con efecto sobre el sistema hormonal, como el glifosato y, como vimos en un post anterior, evitar las toneladas de plástico que contaminan los océanos, los productos de limpieza convencionales y las fibras de la ropa sintética. 

Además, la Comisión presentará a votación su propuesta para regular los contaminantes hormonales este otoño. Esta propuesta dejará sin regular la mayoría de los contaminantes hormonales por lo que debemos presionar para conseguir que la propuesta de la Comisión no salga adelante y para eso, ¡contamos con tod@s vosotr@s en septiembre!

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