Fumigaciones aéreas con un insecticida disruptor endocrino en Extremadura

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La Junta de Extremadura está fumigando los arrozales del Alto Guadiana con miles de litros de Cipermetrina, un insecticida tóxico y contaminante hormonal, que llega hasta el consumidor como residuo presente en multitud de alimentos.

Ecologistas en Acción ha hecho pública una nota de prensa en la que critica que la Junta de Extremadura esté fumigando sus campos con 57.000 litros de Cipermetrina, un insecticida tóxico que contribuye a la muerte de abejas melíferas, afecta a los organismos acuáticos y causa irritación y mareos a los seres humanos.

Pero además, la cipermetrina es un contaminante hormonal que imita la acción de los estrógenos naturales y que puede causar otros efectos en los humanos como daños en la reproducción e interrupción del desarrollo de los testículos.

Así lo evidencian los 6 estudios in vivo que hacen que este insecticida haya sido incluido en la lista de plaguicidas disruptores endocrinos de la organización Pesticide Action Network 

Nuestro sistema hormonal funciona con la exactitud de un reloj. La cantidad y momento de generación de cada hormona proporciona una información fundamental que es recogida por los receptores hormonales. Una variación en el tipo, la cantidad o el momento de recepción de una hormona concreta, como la que originan los contaminantes que actúan como estrógenos sin serlo, genera alteraciones que pueden derivar en graves enfermedades, como malformaciones o cáncer en órganos relacionados con las hormonas. Estos efectos son aún más graves si la exposición se produce durante el desarrollo embrionario.

Hay residuos de cipermetrina en los alimentos españoles

A pesar de los problemas con los que se relaciona a este insecticida, sus residuos se encontraron en otros productos puestos a la venta en el año 2014, según datos oficiales de la Agencia española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN): manzanas, peras, mangos, melones, melocotones, pepinos, remolachas, espinacas, vainas (alubias verdes) y puerros introdujeron en la dieta residuos de este insecticida en España.

Cualquier cantidad de un pesticida contaminante hormonal es peligrosa

A excepción de un alimento que superó el límite legal, los datos de la Agencia indican que los residuos de cipermetrina se encontraban por debajo de el valor máximo de residuo permitido por la legislación, que es la cantidad que no causa efecto en un humanos, según unos criterios que aún se discuten en la comunidad cientifica.

La causa de la discusión es que, al tratarse de un contaminante hormonal, este «valor seguro» no es aplicable, como se asegura en el informe «Estado de la Ciencia de los Disruptores endocrinos» de la Organización Mundial de la Salud. Según este informe, los contaminantes hormonales no siguen una curva de dosis respuesta lineal y pequeñas cantidades pueden generar daños mayores que otras dosis superiores. Por lo tanto, no se puede establecer un umbral o valor por debajo del cual la exposición pueda considerarse segura.

Por esta razón, la utilización de pesticidas disruptores endocrinos y más aún, su fumigación desde un medio tan poco selectivo como las avionetas, es totalmente irresponsable. La única solución segura para proteger la salud de la población y su entorno es el desarrollo de una agricultura sin pesticidas.

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