La Comisión propone una nueva definición de contaminantes hormonales insuficiente para proteger la salud

14 Nov 2016

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La nueva propuesta que la Comisión presentará a votación en el próximo Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos del 18 de noviembre no cumple su objetivo de proteger ni la salud de la población europea ni sus ecosistemas.

Las continuas críticas recibidas por parte de estados europeos, organizaciones de la salud, grupos ecologistas, de consumidores y otros colectivos sociales, preocupados por los efectos de estos tóxicos en la salud y el medio ambiente han obligado a la Comisión Europea a revisar la propuesta de definición de disruptor endocrino que presentó el 15 de junio de 2016.

Los cambios en la nueva propuesta

Aunque la Comisión ha cambiado algunas palabras (por ejemplo, ya no exige efectos adversos «conocidos» en humanos para considerar que una sustancia es contaminante hormonal), la nueva propuesta, a la que hemos tenido acceso, sigue teniendo importantes carencias:

1) Exige un nivel de prueba tan elevado para identificar un disruptor hormonal que, en la práctica, no se prohibirá casi ningún EDC

Para prohibir un disruptor hormonal, el regulador deberá demostrar:

  1. que tiene efectos adversos en humanos
  2. cuál es el modo de acción endocrino,
  3. y demostrar la relación causal entre esos efectos adversos y el modo de acción endocrino.

Es muy difícil que los científicos dejen constancia de esta triple evidencia, en parte porque hay muy poca información sobre el modo de acción endocrino. Además, casi todos los estudios evidencian los efectos en animales, no en humanos. Y por si fuera poco, la propuesta exige a los estudios unos protocolos internacionales específicos que dejan fuera los resultados de los estudios de grupos científicos independientes.

Con estas exigencias en la evidencia,  podría suceder que no se prohíba casi ningún disruptor endocrino en la práctica. Además, esos 3 puntos facilitan la fabricación de duda en el regulador, estrategia que llevan años practicando los lobbies de las multinacionales de plaguicidas y químicas.

Los otros cambios realizados por la Comisión en su propuesta son un «maquillaje» para sumar votos de los estados y así conseguir la mayoría cualificada necesaria para que la propuesta sea aprobada.

2) No define categorías de EDCs (disruptores endocrinos)

La Comisión sigue sin incluir categorías en la clasificación de EDC, que distingan entre presumibles y conocidos disruptores endocrinos, según el nivel de evidencia científica disponible (como se hace con las sustancias cancerígenas, por ejemplo). Esta clasificación ayudaría a prohibir las sustancias más peligrosas y al mismo tiempo, ayudaría a los científicos a enfocar sus estudios sobre un conjunto de «probables o presumibles» sustancias sobre las que existan indicios para realizar nuevos estudios que aumenten las evidencias.

3) Siempre podrá existir una «dosis segura» de cualquier contaminante hormonal

Una vez una sustancia haya superado todas las exigencias anteriores y sea considerada disruptora endocrina, aún podrá seguir en el entorno siempre que se le presuma un «riesgo despreciable». Este cambio del Reglamento de plaguicidas implicará que a casi todos los tóxicos se les pueda asignar una «dosis segura» y que los disruptores hormonales sigan autorizados para un uso generalizado a pesar de su peligro. 

Tanto Ecologistas en Acción como la coalición Edc Free enviamos hoy una carta a las Ministras de Medio Ambiente y Sanidad españolas para que España pida a la Comisión que modifique su propuesta y corrija estos aspectos. De no corregirse, muy pocas sustancias serán reguladas, tras tantos años de investigación y debate en la Unión Europea sobre este tema.

Dicha carta explica cómo la propuesta no sólo es aplicable a las sustancias presentes en biocidas y plaguicidascomo los 33 plaguicidas disruptores encontrados en los alimentos españoles, sino que los criterios que se decidan se aplicarán en todas las leyes de sustancias químicas en la UE como la normativa de dispositivos médicos, cosméticos o materiales en contacto con alimentos. 

Debemos hacer un esfuerzo de presión final, compartiendo esta información para que la posición de España sea de oposición a esta propuesta. También seguimos sumando firmas a través de la siguiente campaña, ¡ya llevamos 220.000 firmas!:

FIRMA AQUÍ EN CONTRA DE LOS CONTAMINANTES HORMONALES

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