Cosmética: el engaño de las palabras «natural» y «orgánico»

Algunas marcas de higiene y cosmética utilizan expresiones como «100% natural» y «orgánico» pero no están certificadas como ecológicas. Algunas, incluso contienen ingredientes tóxicos que pueden dañar la salud y el medio ambiente.

Estudio «Come clean about beauty» de Soil Association

El lavado de imagen «verde» realizado por la potente industria de cosméticos consiste, según el estudio realizado por la organización Soil Association, en utilizar expresiones como «orgánico» o «natural» en una zona visible del producto.

Este truco consiguió engañar a un 76% de las personas encuestadas, que pensaron que los productos en cuya etiqueta aparecían estas palabras eran productos certificados como ecológicos por un organismo independiente.

Etiquetado confuso y «lavado verde»

El estudio muestra el vínculo entre las palabras utilizadas en la etiqueta y lo que los consumidores piensan del producto, algo que los fabricantes saben y aprovechan utilizando estas expresiones junto a logotipos semejantes a las ecoetiquetas.

Ejemplo de logo utilizado en uno de los productos estudiados y que puede confundir al consumidor.

El 74% de las personas encuestadas creen que eligen un producto sin tóxicos si lleva escrito orgánico o ecológico en la etiqueta.

Además, con la estrategia de «lavado verde» las marcas se benefician de cobrar un precio más elevado por sus productos. De hecho, los productos supuestamente ecológicos tienen precios más elevados que las alternativas ecológicas, lo que ocurrió en 9 de los 13 productos estudiados (en los 4 restantes la diferencia fue inferior a 2€).

Es imprescindible que el etiquetado de los productos cosméticos sea claro, visible y permita conocer los posibles efectos de su uso.

Aunque la mayoría (69%) de las personas encuestadas consideró que estas prácticas de lavado verde son ilegales, en realidad no lo son: los productos sí contienen algún ingrediente orgánico, aunque sea en pequeñas cantidades. Además, no hay una regulación en cuanto al uso de estos términos en productos de salud y belleza, algo que Soil Association pretende cambiar con esta campaña.

Estos productos contienen sustancias tóxicas

El estudio identifica en los productos falsamente ecológicos 10 ingredientes a los que califica como «Los diez terribles» que, por sus efectos sobre la salud o los ecosistemas, jamás serían aceptados en un producto certificado como ecológico. Esto no quiere decir que sean ilegales, sólo que no serían permitidos en un producto certificado como ecológico por sus posibles efectos a la salud y el medio ambiente.

Estos son algunos de los «10 terribles» a evitar:

 

Palmitato de retinol (Retinyl palmitate): Es un producto artificial, a diferencia del retinol natural, una forma de vitamina A. Es habitual en productos anti-edad y cremas solares.

Se recomienda evitar esta sustancia durante el embarazo porque puede exceder la dosis diaria de vitamina A y generar malformaciones en el feto. También es tóxico y persistente en el medio ambiente.

El estudio encontró este ingrediente tóxico en el gel de Aloe Vera «orgánico» de la marca Aloe Pura.

 

 

Octinoxato: El metoxicinamato de octilo (octinoxate o OMC) es un compuesto a base de carbono que bloquea los rayos UVB, por tanto se utiliza en filtros solares de cremas y bálsamos labiales, además de usarse como antibacteriano. Es un disruptor endocrino con efectos testados en animales. Además es un compuesto persistente, es decir, nuestro cuerpo no puede eliminarlo. Según un reciente artículo de Axelstad et al, puede afectar al desarrollo reproductivo y neurológico.

Un ejemplo con este ingrediente es el producto de la izquierda que lleva escrito «Organic Suncare» en letras muy visibles, pero contiene tres ingredientes de la lista de los 10 Terribles, octinoxato, homosalato y octisalato.

El logo con el texto «Certificado orgánico» también puede generar la idea falsa de que todo el producto está certificado, cuando sólo algunos ingredientes lo están.

 

Homosalato: Otro filtro solar muy utilizado a pesar de ser útil sólo como barrera a los rayos UVB, no protegiendo frente a la radiación UVA. Los estudios de Krauss (2012) y Schreurs (2005) muestran sus propiedades como contaminante hormonal in vitro, actuando como anti-andrógeno (efecto opuesto al de las hormonas masculinas). No hay evidencias de efectos en animales, sin embargo se ha encontrado en la leche materna, por lo que es interesante tener en cuenta precauciones en su uso.

Octisalato (ethylhexyl salicylate): Utilizado como filtro solar, tinte de pelo, fragancia y para ayudar a que la piel absorba mejor los cosméticos. Puede afectar al sistema inmune, crear dermatitis y otras alergias. La normativa restringe la cantidad de octisalato que puede utilizarse en productos de belleza y existen alternativas seguras disponibles.

En este gel de Rituals los aceites de eucaliptus y argán son los ingredientes número 11 y 12 de un total de 28, por lo que hay 10 ingredientes, en mayores cantidades en el gel. Sin embargo la marca hace referencia a estos dos ingredientes orgánicos, lo que puede dar la impresión, de nuevo falsa, de que todo el producto lo es.

 

 

 

Otras sustancias que pertenecen a los «10 terribles» son el , Imidazolidinil urea, Octocrileno, los PEGs (PEG-7; PEG-12; PEG-40; PEG-200), Polyquaternium-7, Polisorbato 20 y color artificial Rojo 17-26100, que comentaremos en una entrada posterior del blog.

Ver estudio «Come clean about beauty» en inglés.

Muchos de los tóxicos disruptores endocrinos son filtros solares, como Benzofenonas o 4 metilbenzilideno Camfor (4MBC) sobre los que se puede leer en esta entrada.

Es inaceptable que las etiquetas de muchos productos cosméticos confundan a los consumidores para que compren un producto que creen que no contiene ninguna sustancia dañina para su salud o para el medio ambiente. Pero a los fabricantes puede salirles mal la jugada: un 72% de las personas encuestadas aseguraron que perderían la confianza en la marca que descubrieran utilizando estas estrategias de «lavado de imagen verde». Ante esta situación, la mejor opción son los productos certificados con la etiqueta ecológica europea.

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