Plástico, disruptores endocrinos y despilfarro de alimentos

Una nueva investigación analiza cómo las tácticas de venta de las grandes superficies aumentan la exposición a disruptores endocrinos, generan más residuos de plástico y fomentan el despilfarro de alimentos.

La actual epidemia de plástico no sólo contamina nuestros alimentos con disruptores endocrinos y lleva a una muerte agónica a la fauna marina. Además, ayuda a que más alimentos acaben tirándose, en contra de lo que afirman los fabricantes de envases.

¿De verdad? ¿Envases individuales para fresas?

Prácticas comerciales dañinas

El nuevo informe de Amigos de la Tierra Europa y Zero Waste revela tácticas comerciales de las grandes superficies y minoristas que generan más desperdicio de comida y residuos de plástico:

1.- Paquetes de más unidades, mayor desperdidio

Una de las estrategias que siguen las grandes superficies es empaquetar conjuntamente varias frutas y verduras, en lugar de venderlas por unidades. Esto obliga a los consumidores a comprar más alimentos de los que estrictamente necesitan. Al tratarse de alimentos perecederos, es muy fácil que se echen a perder y acaben en la basura.

Según el estudio, más de la cuarta parte de los alimentos que se desechan siguen dentro de su envoltorio, como ocurre en el Reino Unido.

2.- Estándares de clasificación

Otras prácticas, como normas de clasificación de alimentos, por las que los vendedores determinan el tamaño o la forma de los alimentos «aceptables» para la venta, también provocan desperdicio de comida.

El estudio encuentra, por ejemplo, que para ajustar el tamaño de las judías verdes al envase en que se venden se genera un desperdicio de entre el 30-40% de producto.

La industria niega el despilfarro

La industria del envasado de alimentos sostiene que los envases de plástico son necesarios para evitar el desperdicio de alimentos.

Sin embargo, el informe muestra cómo el envasado no soluciona el problema del desperdicio de comida. Al contrario, desde 1950 el uso de envases de plástico anual per cápita ha crecido al mismo ritmo que los niveles de desperdicio de alimentos.

Desde 1950 el uso de envases de plástico anual per cápita ha crecido al mismo ritmo que los niveles de desperdicio de alimentos.

Los datos disponibles sugieren que alrededor del 40% de los residuos de envases de plástico provienen del embalaje de alimentos. De media, en Europa desechamos más de 30 kg de envases de plástico por persona cada año.

La mayoría de los envases se utilizan sólo una vez, tras la que pierden el 95% de su valor y acaban en un vertedero, incinerados o contaminando el entorno.

El 85% de la basura marina a nivel mundial es plástico, de la cual el 61% son plásticos de un solo uso procedentes de la industria alimentaria.

Sin olvidar que el desperdicio anual de 88 millones de toneladas de alimentos (173 kg por persona). Es decir, en Europa tiramos a la basura el 20% de nuestra comida, lo que supone un coste social y un fallo del sistema que debe subsanarse.

Cada habitante de Europa tira a la basura 173 kg de alimentos al año

Eliminar el plástico es necesario

Aunque la Comisión Europea ha prometido presentar nuevas leyes destinadas a reducir los plásticos de un solo uso, el cambio no puede quedar sólo ahí: Europa debe fomentar un modelo alimentario que prescinda de las estrategias comerciales basadas en visibilizar el producto a través de su envase.

El plástico es cada vez menos deseado. El 79% de los consumidores del Reino Unido creen que los productos que compran tienen un exceso de plástico y el 76% de la población alemana dicen que prefieren comprar frutas y verduras sin envase.

Este mismo fin de semana, en la playa Novo Sancti Petri de Cádiz, el artista Marcel van Es ha dibujado en la arena a una tortuga marina rodeada de bolsas de plásticos, botellas y microplásticos en una preciosa acción conjunta de Ecologistas en Acción, Greenpeace España y European Environmental Bureau que simboliza que no queremos más plástico en los océanos.

#BreakFreeFromPlastic. Pincha en la imagen para ver el vídeo

 

La solución está en nuestra mano, dejando de consumir plástico, motivando el cambio de comportamiento de las grandes superficies e impulsando el cambio legal.

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