Europa exporta plaguicidas tóxicos prohibidos en la UE

Europa exporta plaguicidas que su industria no puede vender aquí por su alta peligrosidad. La industria agroquímica de 11 países europeos vende a 85 países no europeos sustancias nocivas.

Plaguicidas tóxicos exportados

Solo en 2018, la Unión Europea exportó unas 81.615 toneladas de pesticidas prohibidos. Así lo demuestra una investigación publicada en Septiembre de 2020 por la organización Public Eye junto a Unearthed, entidad de Greenpeace.

Mapa de exportaciones de plaguicidas tóxicos. Fuente: Public Eye

Los principales países exportadores son el Reino Unido, seguido de Italia, Alemania, Países Bajos, Francia, España y Bélgica.

Entre los 41 plaguicidas prohibidos vertidos en otros continentes se encuentran, entre otros, la atrazina, el paraquat, el dicloropropeno o el clorpirifós.

El herbicida atrazina es un potente disruptor hormonal que perjudica al desarrollo infantil. Tan fuerte es su efecto que se hizo tristemente famoso por cambiar el sexo de ranas expuestas.

El paraquat es otro herbicida, tan tóxico que un sorbo puede ser letal y, en dosis bajas y continuadas, puede causar Parkinson. Es peligroso para los agricultores incluso con el equipo de protección adecuado. Por eso se prohibió en Europa, pero Syngenta sigue produciéndolo en el Reino Unido y lo exporta a países de Sudáfrica, Asia y África.

Hipocresía europea

El paraquat es el producto estrella de este escándalo europeo. Vender pesticidas demasiado tóxicos para la UE en países con regulaciones más débiles es una práctica legal y conocida.

Los autores de esta investigación denuncian «la hipocresía de un sistema legislativo que permite a las empresas agroquímicas europeas participar en este comercio».

Por su lado, la industria química dice cumplir con las regulaciones, en concreto con el consentimiento fundamentado previo ya que informa a los países importadores sobre el nivel de toxicidad de los productos. También se ampara en la soberanía de estos países para emplear las sustancias que consideren.

En los terceros países, la ausencia casi total de control y los niveles más altos de exposición implican daños a la salud y al medio ambiente mucho mayores. Según estimaciones de la ONU, la intoxicación por plaguicidas mata a más de 200.000 personas al año en los países en desarrollo.

Además, la industria hace una fuerte presión para adaptar las leyes nacionales a sus intereses comerciales.

El colmo de la hipocresía europea está en que acaba de lanzar su estrategia «De la granja a la mesa» auto-nombrándose líder en la transición hacia un sistema de alimentación y agricultura más justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.

«La UE sigue exportando plaguicidas y productos químicos industriales tóxicos, lo que genera violaciones generalizadas de los derechos humanos a la vida, la dignidad y la libertad de tratos crueles, inhumanos y degradantes en países de ingresos bajos y medianos», dijo el experto de Naciones Unidas Baskut Tuncak en un comunicado a principios de este año.

Efecto boomerang

Un gran número de consumidores europeos que compran fruta y verdura de países como Marruecos o Brasil en grandes superficies están consumiendo también residuos de estos pesticidas tóxicos.

Así, una investigación realizada por la ONG Pesticide Action Europe encontró residuos de 74 pesticidas prohibidos en la UE en productos alimenticios a la venta en Europa en 2018. El tóxico más detectado fue el fungicida carbendazim, considerado tóxico para la reproducción.

Un grupo de 70 organizaciones, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, ha instado a la Comisión Europea a prohibir la exportación a terceros países de plaguicidas prohibidos dentro de Europa y a detener la importación de alimentos producidos con tales plaguicidas desde fuera del bloque.

Carta abierta por el fin del doble rasero en exportaciones europeas de plaguicidas tóxicos

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