Glifosato sin ciencia

El 96% de los estudios sobre genotoxicidad del glifosato que permitieron su autorización en 2017 incumplían los estándares científicos internacionales de la OCDE. Y pueden repetir este fraude en la nueva autorización del 2022.

La ciencia fraudulenta de los estudios del glifosato

Para la actual autorización del glifosato (que finaliza en 2022) se tuvieron en cuenta 53 estudios sobre genotoxicidad financiados por la propia industria productora.

Cuatro años más tarde, un análisis del cumplimiento de la metodología científica de esos estudios saca a la luz que 34 de los 53 estudios son «no fiables», 17 «parcialmente fiables» y solo 2 estudios son encontrados «fiables» desde un punto de vista metodológico.

Es decir, sólo 2 de los estudios utilizados hace 4 años para evaluar la genotoxicidad del glifosato cumplían con el método científico. Quizá haya que recordar este dato cada vez que leamos que la evaluación del herbicida se basa en «la ciencia».

Esta nueva revisión científica pone una vez más el dedo en un punto delicado: que tanto los reguladores nacionales como las autoridades de la UE no parecen escudriñar minuciosamente la calidad de los propios estudios de la industria. Al mismo tiempo, descartaron casi todos los estudios científicos revisados ​​públicamente por pares.

Según los expertos, el Dr. Armen Nersesyan y el Prof. Siegfried Knasmüller, la afirmación de la autoridad de la UE de que el glifosato no es genotóxico no puede justificarse sobre la base de estos estudios.

«No fiable» y «parcialmente fiable»

Los estudios calificados como «No fiables», el 64% del total, mostraban desviaciones sustanciales de las Directrices de prueba de la OCDE aplicables (una desviación que podría afectar la sensibilidad y/o precisión del sistema de prueba).

Los estudios «Parcialmente fiables», el 32%, mostraron desviaciones moderadas de las Directrices de prueba de la OCDE aplicables.

Genotóxico y carcinogénico

Estos términos a veces se confunden. Genotóxica es una sustancia dañina para el ADN. Las sustancias genotóxicas pueden unirse directamente al ADN o actuar indirectamente mediante la afectación de las enzimas involucradas en su replicación, causando en estos casos, mutaciones que pueden o no desembocar en un cáncer.

Es decir, las sustancias genotóxicas no son necesariamente cancerígenas, pero la mayor parte de los cancerígenos son genotóxicos.

Antecedentes de la autorización del glifosato

En 2017, tras una gran controversia social y no menos escándalos, el herbicida glifosato recibió una nueva aprobación en la UE. La presión social hizo que la aprobación fuera por un período inusualmente corto: cinco años en lugar del período normal de quince años.

En diciembre de 2022, vencerá el actual permiso en Europa para el glifosato. En diciembre de 2019, el Glyphosate Renewal Group, un consorcio de 8 fabricantes de glifosato liderado por Bayer, presentó un expediente en el que solicitaba de nuevo la aprobación del herbicida.

Una primera revisión del expediente de solicitud de 2020 de la industria muestra que 38 de los mismos estudios de genotoxicidad sobre glifosato «puro» han sido presentados una vez más a las autoridades de la UE por la industria como válidos o complementarios.

Tanto las administraciones europeas como los estados miembros deben tener en cuenta la falta de calidad científica de los estudios de la industria y los resultados de los estudios revisados por pares para la nueva evaluación del glifosato.

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