Triunfa el sabotaje del «lobby» agrotóxico a la reducción de plaguicidas en la UE

El Parlamento Europeo, con el voto del Partido Popular, rechaza la propuesta de reducción de plaguicidas en la UE. La razón, la gran presión que ha llevado a cabo el lobby agrotóxico.

Agur, reducción de plaguicidas

Ni objetivos no vinculantes, ni rebaja de los objetivos de recucción de pesticidas. El Parlamento Europeo rechaza toda la propuesta de la Comisión sobre el reglamento de reducción de plaguicidas en la UE. Al final, no han «aguado» el reglamento de uso Sostenible: lo han matado.

Y esto después de haber pasado el voto de la Comisión de Medio Ambiente y de Agricultura en las últimas semanas.

Ha funcionado muy bien la presión orquestada de tod el lobby agrotóxico.

Sabotaje del lobby agrotóxico a la reducción de plaguicidas

Un nuevo estudio de la organización Corporate Europe saca a la luz cientos de documentos que muestran cómo el lobby de la industria de plaguicidas ha saboteado, repetidamente, la reducción de plaguicidas en la Unión Europea al sabotear la elaboración del reglamento de uso sostenible de plaguicidas, que fija objetivos de reducción vinculantes.

¿Cómo ha conseguido el lobby agrotóxico subir a las y los representantes políticos a su carro?

Paso 1 (un clásico): retrasar con estudios de impacto

El lobby comenzó su campaña con un clásico: retrasar todo el proceso de elaboración de la norma pidiendo estudios de impacto, en aras de la «seguridad alimentaria». Para dar fuerza a sus argumentos, utilizaron también la crisis del Covid y la guerra en Ucrania.

En 2021 y 2022, el Observatorio Corporativo Europeo publicó documentos internos filtrados que mostraban cómoel lobby agrícola Copa-Cogeca y CropLife Europe habían coordinado estudios de impacto sesgados financiados por la industria agrícola.

Por ejemplo, uno de los estudios, elaborado por Wageningen Economic Research, concluía que el reglamento de reducción de pesticidas, «probablemente conduciría a menores rendimientos«. Sin embargo, el propio autor del estudio, Johan Bremmer, admitió que la estrategia de la granja a la mesa “tiene como objetivo lograr beneficios en términos de clima y biodiversidad” y que “estos beneficios no forman parte del alcance de este estudio”. Al ocultar las limitaciones de sus estudios, el lobby agrotóxico engañó a los representantes políticos. Además, ninguno de los estudios tuvo en cuenta el valor de los beneficios ambientales relacionados con los objetivos de la granja a la mesa.

Paso 2: debilitar o «aguar» el reglamento

Los puntos clave en los ataques del lobby fueron evitar objetivos de reducción de plaguicidas ambiciosos y obligatorios; evitar la prohibición del uso de pesticidas en zonas sensibles; traer de nuevo al debate la obligatoriedad del Manejo Integrado de Plagas (que ya es obligatoria desde 2014); y el apoyo financiero a los agricultores para que realicen la transición a una producción con bajos niveles de pesticidas.

Una forma habitual de presión son las numerosas y nada transparentes reuniones del lobby con representantes de la UE (solo 5 de los 27 estados han dado información a Corporate Europe al respecto). Otro ejemplo de libro del funcionamiento del lobby agrotóxico: después de la publicación de la propuesta de la Comisión, la industria y el Copa-Cogeca se reunieron. Tras esta reunión, 60 miembros del Copa-Cogeca enviaron preguntas al área de Salud de la Comisión. A la semana siguiente, la industria organizó un “desayuno SUR” con la Comisión, en las oficinas de la firma de lobby Rud Pedersen. A esta reunión asistieron Syngenta, Corteva y Bayer, la Organización Europea de Propietarios de Tierras, Pepsi y Novozymes.

Evitar la reducción de plaguicidas

Como el núcleo de la propuesta del reglamento de uso sostenible de plaguicidas son los objetivos de reducción vinculantes, son estos objetivos el foco de su presión.

Hay dos objetivos: el primero es reducir el uso y el riesgo de pesticidas químicos en un 50 % para 2030. El segundo, reducir el uso de pesticidas más peligrosos, también en un 50 % para 2030 (aumentado al 65% por el Comité ENVI del Parlamento Europeo).

La Presidencia española de la UE escuchó a la industria y en septiembre de 2023, preguntó a los Estados miembros si los objetivos de reducción deberían seguir siendo legalmente vinculantes a nivel nacional y de la UE. Once estados (Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Rumanía y Eslovaquia) exigieron que se eliminaran los objetivos  nacionales vinculantes.

La industria también ha conseguido mantener una metodología de medición de la reducción real de plaguicidas tan defectuosa que puede dar como resultado que hay reducción cuando en realidad no la ha habido.

Otro éxito, esta vez gracias a la comisión de Agricultura del PE, encabezada por Clara Aguilera, del grupo S&D ha sido bloquear el uso de los fondos públicos de la PAC para apoyar a los agricultores en la reducción de pesticidas.

Las cifras del lobby

Los plaguicidas son un negocio que da dinero. Concretamente, 12 mil millones de euros al año en la UE. Este mercado está concentrado en manos de cuatro grandes productores (Bayer, BASF, Syngenta y Corteva) que invierten en pesticidas y también en relaciones públicas y cabildeo o ‘lobby‘.

Este grupo central de actores corporativos que presionan en contra la ley de reducción de pesticidas declararon, en conjunto, un gasto total en lobby de 15 millones de euros.

Estas cifras, declaradas por la propia industria, están muy subestimadas. Por ejemplo, un solo contrato entre la consultora FleishmanHillard y Monsanto tuvo el valor de 14,5 millones de euros.

Además, no incluye el gasto de asociaciones como CropLife Europe y Euroseeds que contratan a firmas de consultoría y despachos de abogados para actividades de lobby especializadas.

Y por supuesto, no podemos olvidar que lobby agrícola Copa-Cogeca, que declara un gasto anual en lobby de 1,5 millones de euros. (Por cierto, una investigación de Lighthouse Reports reveló cómo Copa-Cogeca exagera el número de agricultores que realmente representa y cómo promueve los intereses de las explotaciones agrícolas industriales por encima de los de las empresas más pequeñas y de los jóvenes agricultores.

En total, si sumamos las cifras de gasto en lobby reportadas para el grupo de organizaciones durante los tres años en que se debatió el SUR (2020, 2021, 2022), tuvieron una cifra total de gasto en lobby declarado de 40,4 millones de euros.

Si se considera que los niveles de gasto en 2023 probablemente estarán al mismo nivel, el gasto autodeclarado por estos actores para los cuatro años claves del desarrollo del SUR (2020-2023), seguramente superará los 50 millones de euros.

Muchos más ejemplos de funcionamiento del lobby en el informe de Corporate Europe «Sabotaje a la Ley de Reducción de Pesticidas (SUR) de la UE«.

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