Bisfenol A: Europa reconoce que ha permitido una exposición 20.000 veces superior a la segura

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria reconoce que ha permitido una exposición a bisfenol A en envases y materiales alimentarios 20.000 veces superior a la segura, convirtiéndose en un problema de salud.

20.000 veces más BPA del seguro

La evaluación final del bisfenol A (BPA) realizada por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria reduce en 20.000 veces la cantidad de bisfenol A a la que es seguro exponerse en envases. La EFSA justifica esta reducción del límite seguro para la ingesta humana de bisfenol A en base a la evidencia que ha encontrado sobre su inmunotoxicidad.

Ahora, ha establecido una ingesta diaria tolerable (TDI) de 0,2 nanogramos de BPA por kilogramo de peso corporal (ng BPA/kg bw) por día. Muy inferior al TDI temporal fijado en 2015.

Un estudio de la Universidad Médica de Anhui en Hefei, que detectó niveles más altos de células inmunitarias Th17 en la descendencia de ratonas preñadas expuestas a dosis bajas de BPA antes, durante y después del nacimiento, ha sido clave para el nuevo límite de seguridad. Las células inmunitarias Th17 son críticas para ciertos mecanismos del sistema inmunológico y están involucradas en el desarrollo de la inflamación pulmonar alérgica.

Teniendo en cuenta las exposiciones esperadas en la población, la EFSA ha concluido que la exposición dietética al BPA es un problema de salud para población de todas las edades.

La primera lectura de esta evaluación es que la institución responsable de la seguridad alimentaria ha permitido que la población europea lleve décadas expuesta a una cantidad extraordinaria del tóxico bisfenol A presente en envases alimentarios. Y no ha sido por falta de información, ya que organizaciones científicas y sociales han dedicado décadas de trabajo en hacer llegar a la EFSA estudios sobre la peligrosidad de este disruptor endocrino.

Límite «seguro» 5 veces mayor que hace dos años

Una segunda lectura permite observar que la cantidad de BPA «segura» que ha fijado ahora la EFSA es cinco veces superior a la que propuso hace dos años. En 2021, y partiendo casi de los mismos datos y estudios que ahora, la EFSA fijó provisionalmente una TDI de 0,04 ng de BPA/kg de peso corporal al día. Es decir, consideró que era necesario rebajar en 100.000 veces la cantidad segura de BPA.

¿Qué ha cambiado para aumentar cinco veces el límite de seguridad? Las presiones realizadas por la poderosa industria del plástico europea junto al Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR), entre otros.

El límite sólo se aplica al bisfenol A

Cumplir con el nuevo límite de seguridad es, prácticamente, prohibir el bisfenol A en Europa. Algo que ya se veía venir desde hace años porque es una sustancia demasiado tóxica y demasiado conocida por la población.

De ahí que hayan prosperado la leyes que lo prohíben explícitamente en envases alimentarios, como ésta española. La industria del plástico también se había lanzado a una campaña de lavado verde, con productos «sin BPA«.

Y ahí está el problema. Los límites se aplican SOLO al bisfenol A presente en materiales alimentarios. Ninguna prohibición al resto de sustancias de la familia de los bisfenoles, que tienen las mismas aplicaciones e incluso mayores riesgos. La sustitución del BPA por uno de sus primos, BPS, BPZ… es fácil para la industria. Y de momento, la población no se da cuenta.

Evitar la sustitución de una sustancia tóxica por otra semejante es una de las demandas a la actual revisión de la normativa REACH de las organizaciones de salud y ecologistas. Las prohibiciones de tóxicos, lentas y demasiado complejas, deberían hacerse por grupos de sustancias, no por sustancias individuales.

El BPA se utiliza en combinación con otras sustancias químicas para fabricar algunos plásticos y resinas. Por ejemplo, es vital para la producción de policarbonatos, una clase de plástico transparente y rígido que se utiliza para fabricar dispensadores de agua, recipientes para almacenar alimentos y botellas de bebidas reutilizables. Se utiliza también para producir resinas epoxi que se encuentran en revestimientos de latas y recipientes de alimentos y bebidas.

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