Indignación ante el nuevo «visto bueno» de la EFSA al glifosato

06 Jul 2023

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha dado hoy el visto bueno a la prolongación del uso del glifosato, el herbicida más utilizado y cuestionado de Europa. Ahora toca que los estados miembros voten.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria cree que el glifosato «no es preocupante» en su última evaluación recién publicada.

La naturaleza preocupa

El glifosato es un herbicida no selectivo. Eso quiere decir que mata no solo las mal llamadas «malas hierbas», sino a todas las plantas que toca, así como algas, bacterias y hongos. Es decir, tiene un impacto inaceptable en la biodiversidad y en los ecosistemas. Algo tan reconocido que el propio Parlamento Europeo así lo señaló en 2016.

Por otro lado, hasta la Agencia Europea de Sustancias Químicas clasifica al ingrediente del RoundUp como muy tóxico para los organismos acuáticos. Algo vital ya que el glifosato contamina las aguas superficiales y subterráneas peninsulares con concentraciones hasta miles de veces superiores a las permitidas.

Además, está perfectamente aceptado que es tóxico para las abejas, y para el suelo.

Todos estos efectos, por sí mismos, son suficientes para prohibir la venta de una sustancia, especialmente cuando hay alternativas a su uso.

La ¿ciencia? del glifosato

La Agencia de Seguridad Alimentaria de Europa sigue sin tener en cuenta los estudios independientes y revisados. En su lugar, basa sus decisiones en estudios realizados por la propia industria fabricante del tóxico. Incluso para los estudios de la propia industria, la EFSA también obvia resultados, como los 10 de los 11 estudios con ratas y ratones que encontraron tumores vinculados al tratamiento con glifosato.

Desde la ciencia independiente, en 2015, la Agencia Internacional del Cáncer (IARC) clasificó el glifosato como «probablemente cancerígeno para los seres humanos» (Grupo 2A), con pruebas «limitadas» para exposiciones reales en seres humanos y  «suficientes» para animales de laboratorio. Centrar el debate en el cáncer dejó de lado que el glifosato es genotóxico, algo para lo que la IARC sí tenía pruebas «sólidas«, tanto para la sustancia activa como sus formulaciones.

Hoy en día, tanto la evaluación epidemiológica del cáncer como la de la genotoxicidad de la IARC han sido confirmadas por el instituto francés INSERM.

Pero no todo es cáncer, hay otros muchos efectos sobre la salud vinculados al glifosato. De nuevo, numerosos estudios independientes relacionan el uso de glifosato con otros graves problemas sanitarios, como daños al microbioma intestinal. tiene efectos neurotóxicos y contribuye al desarrollo de la enfermedad de Parkinson.

Sin olvidar que es un disruptor endocrino, cuya exposición durante el embarazo se relaciona con abortos espontáneos y acortamiento de la duración gestacional y desarrollo anormal de los órganos reproductores en los recién nacidos.

La política del glifosato

La autorización actual al glifosato, renovada por 5 años en 2017, fue muy controvertida. De la indignación de la población surgió la Iniciativa Ciudadana Europea más exitosa hasta el momento, Salvemos a las abejas y a los agricultores, que pedía un control mayor de los plaguicidas empleados en Europa.

Ahora, este 2023, toca a los estados votar a favor o en contra del uso de glifosato en Europa. Si gana el sí al glifosato, nos enfrentaremos a otros X años expuestos a esta sustancia. Además, entraremos en conflicto con el objetivo de reducción del 50% de los plaguicidas en la UE establecido en la Estrategia sobre Biodiversidad y la Estrategia de la Granja a la Mesa (propuesta SUR) y con la Declaración de Montreal tras la COP15 sobre Biodiversidad.

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